5. María
A veces me acuerdo de el día de la boda.
Esa mañana, me llegó una carta. Pensé que sería alguna ex amante de mi futuro marido, pidiendo que no me casase, porque aunque nunca me dice nada de la pareja que tuvo o quizás algún affaire más, se que presento a alguien más a sus padres.
Pero la carta era de Nico, un chico con el que estuve saliendo unos meses y que se tuvo que ir a estudiar a Preston por así tos familiares y académicos. En ella me decía lo mucho que me extrañaba, lo feliz que era conmigo, cuando nos conocimos, detalles de las citas que tuvimos, nuestros encuentros sexuales íntimos explosivos y pasionales....y me puse a llorar. Ese chico era perfecto para mí, éramos muy felices, nos gustaban muchas de las mismas aficiones y modas del momento, y, aunque me dolió su marcha, la vuelta de Luis hizo que me olvidase de todo. Estuve a punto de dejarlo todo, por esa carta. Sí, ese hombre había hecho me ha encantado mi, y me pedía una oportunidad de seguir carteándonos, de seguir en contacto, ya que no era muy fan de las redes y no tenía aún el ordenador en su nueva casa. Y tuve que dejar mis emociones y seguir con el protocolo, cumplir con el compromiso, acudir a mi boda...
Sí, quemé la carta. No habría rastro de él, no sabría dónde estaba, ni le contestaría como me proponía, si mi deseo era positivo, y no escribir, si era negativo. Le dejé ir, me centre en ser la esposa de Luis, me centré en ser madre...
A veces me acuerdo de él. Y si, me gustaría verle. Y si, a veces me gustaría haber sido "mala" y seguir el contacto, porque en momentos de soledad o qué Luis ni me mira, quizás ese chico, como en las citas, como en los encuentros, sí me hubiese querido más...
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