12. Cati

Relax

Estoy muy tranquila.

Sí, le quise mucho.

Sí, se lo pedí.

Sí, le puse en un aprieto.

Pero se puede rectificar.

Han sido veinte años. Más. Ya ni me acuerdo. 

Sí, fui yo quien lo cambió todo, que si primero vivir juntos lo antes posible, que si luego sólo amantes, que si ahora me siento sola...


Pero no estoy sola.

Me tengo a mí.

Y me lo merezco, por lianta. No, no debí haber hecho tanto. Inconsciencia, se dice. 

Se llama así.

Pero he podido salir 

Sí, se lo pedí.

Pero, sí, he podido cambiar de opinión.

Y le he dejado.

¿Qué iba a hacer si sus hijos no me querían como a su madre, o no me iba a desvivir como esa mujer hace por él, o lidiar con sus padres que me comparaban constantemente con ella?

Bah, lo mejor ha sido abandonar.

Sí, fue amor.

Sí, le quiero.

Pero no sería como cuando convivíamos, como cuando éramos dos, como cuando sólo nos veíamos a solas, a escondidas...

No, no me hubiese adaptado como ella. Y él se hubiese cansado de mí.

Sí, me siento sola.

O no. A veces.

No, no viví ni boda, ni partos, ni comuniones... Ni cada día juntos.

No, ahora tampoco no era el momento.

Gracias que me ha tocado venir a la auditoría de la oficina de Tailandia. Nueva vida. Y empezarla en el jacuzzi, ¡ es un lujo!

Comentarios

Entradas populares de este blog

3. La esposa

1. La amante

2. Él